De la vivienda popular extremeña se han dado
varias clasificaciones. Hemos considerado la existencia de cuatro grupos
fundamentales:
·
1º El primer grupo lo constituye la vivienda elemental diseminada por
toda Extremadura y hoy en regresión de uso, caracterizada por sus escasas
condiciones de habitabilidad; pueden ser espacios de habitación temporales como
los chozos y casas redondas, o permanentes como la alquería jurdana.
·
2º Segundo grupo lo forman las llamadas casas
de piedra por ser
éste el material más utilizado en su construcción; son viviendas serranas de
altura o media ladera que
encontramos en el Valle del Jerte o en la Sierra de Gata.
·
3º También son casas serranas las que constituyen el tercer grupo,
que se caracteriza por la utilización del sistema constructivo de entramado de
madera. Estas casas adquieren un gran desarrollo en todo el Sistema Central,
desde La Vera a la Sierra de Gata.
4º El cuarto, y último grupo, lo forman las
llamadas viviendas del llano, que
son construcciones de muros blanqueados, de claros perfiles geométricos y con
mayor tendencia a extenderse en superficie que en altura; este último grupo,
que ocupa prácticamente el resto de la región, presenta innumerables variantes
comarcales basadas en su aspecto exterior, en la distribución del espacio
interno, en las condiciones económico-sociales de sus moradores, en un mayor o
menor uso de la madera y sobre todo, bóveda de ladrillo.
Casa nº 1.
Casa nº 2.
Casa nº 3.
Casa nº 4.
Teniendo en cuenta que Extremadura se asienta
sobre parte de las tierras más antiguas de la península, los materiales más
utilizados serán la pizarra y el granito, y en las zonas sedimentarias, donde
no aflora la roca, se puede observar una arquitectura de tierra, basada en el
uso de la arcilla. La pizarra ocupa amplios espacios.
En nuestra región
es utilizada con mucha frecuencia para todo tipo de funciones: en lajas
de diferente tamaño para conformar los paramentos de la casa, en muros de
cerramiento de corrales y huertos, y como dintel de puertas y ventanas; y en escalones, en el hogar como aislante del
suelo de madera, y, sólo en las Hurdes, como cubierta de la vivienda. Antiguamente
también se utilizaba la piedra como suelo en las casas haciendo empedrados con cantos rodados.
El uso del granito adquiere un gran desarrollo
por ser un material abundante en la
zona oriental del Sistema Central, en el centro y oeste cacereño, y en el sur
de la provincia de Badajoz. Aparece formando muros de mampostería o de
sillería, recercando todo tipo de vanos, como ménsula en balcones y solanas, en
los soportales como pilares o columnas, y en forma de placa en los pavimentos y
en el hogar. Otros tipos de piedra que aparecen en nuestra región se utilizan
de forma similar a la indicada para la pizarra o el granito, aunque su
desarrollo es siempre menor.
Así, el mármol se utiliza en algunas zonas
pacenses como umbral de viviendas; los cantos rodados de gran tamaño se usan
para formar muros en el Valle del Jerte, y los más pequeños configuran suelos
bastos, como en Garrovillas; o delicados pavimentos, a veces con formas
geómétricas y vegetales, como los llamados pasos, que aparecen en casi todas las
casas del sur de Extremadura. La arcilla y las técnicas apropiadas para su uso
tienen un amplio desarrollo en toda la región en forma de ladrillos, baldosas,
tejas, adobes, tapial y para revocar muros.
La cal extremeña, de extraordinaria calidad, es
utilizada tanto en el interior de la vivienda como en el exterior. Ahora bien,
su uso es variable, va desde el sólo recerco de los huecos, hasta cubrir todos
los muros e, incluso puertas, ventanas y rejas en zonas del sur de la región.
Relacionada con la cal está la difusión de la técnica del esgrafiado para
decorar las fachadas de las casas.